La vida en Naranja es audacia y mesura sabiamente combinadas.

Naranja es el amanecer y el final del día. La promesa de algo que se inicia y la dulce melancolía del ocaso.

Naranja es la melena del león, su potencia y su pasión arrolladora. Esa energía que nos estimula a ir hacia adelante, dispuestos a conquistar lo que sea.

Naranja es la alegría redonda, la de la fruta y la risa.

martes, 7 de enero de 2014




{Soy como un pájaro}

Así me siento. Libre para soñar, libre para creer y pensar, para ser y desear, para hacer y deshacer. En mi mente todo es libertad, todo es expansión. Por eso soy un pájaro, uno que hace poco aprendió a volar y que no conoce los límites del cielo. Quiero sentir el aire entre mis alas, ver al viento juguetear con mis plumas, encontrar la velocidad adecuada para el vuelo tan preciado. Y todo aquello que me detenga, sé que me enseñará a aterrizar, y a retornar mi ascenso con los renovados deseos de encontrar en mi camino nuevos sueños por cumplir.

No temas, no llores. Deja el miedo para los cobardes, para los que sufren al inspirar el oxígeno de la Tierra, para los que no comprenden la belleza que los rodea. Tú si sabes valorar lo que tienes, háztelo saber cada día. Hazte recordar que eres el pájaro más perfecto que podrías ser, y que tienes la absoluta eternidad del profundo azul por recorrer. Vamos, no pares ahora. Verás a muchos caer, verás a otros tantos querer tumbarte y algunas cosas te dolerán, pero si dejas que todo aquello penetre en ti como dagas punzantes e hirientes, jamás llegarás a donde quieres llegar. Ellos detendrán tu vuelo.

Lamento que estas palabras sean sólo eso, y al decir esto no estoy desprestigiando el poder que las mismas poseen, pero a veces desearía ser ellas, ser verbo y acción, sustantivo común y sustantivo propio, desearía ser el nexo entre tí y la vida que te espera. Quiero ser tu puente, ser tus alas y ayudarte a cruzar. 

Yo estoy bien, soy un pájaro, no lo olvides. Mis alas brillan en pequeños destellos de luminosidad dorada, se expanden metros y metros a sus costados, queriendo tocar las estrellas más altas del cielo, y acariciando la dulce luna que nos aguarda al anochecer. Yo puedo ser feliz, no como un estado de transición, sino como un estado de permanencia, en el que llego a comprender a dónde me quiere llevar el dolor, y hasta dónde yo debo seguirlo. Dios, si tan sólo pudieras acompañarme... Si pudiera sentirte siempre later dentro mío, todo sería más fácil. Pero aún así, no te preocupes, soy un pájaro, y te llevaré conmigo adonde vaya, aprendiendo a escucharte hasta que duela.

Sonrío, contigo en mí, sublime alma del mundo sensible, somos dos, tu y yo, la verdad y la apariencia, la profundidad y la pared, tú eres mi todo, yo soy quien te protege. Tú eres yo, y yo soy tú, como nunca, como siempre, hasta el fin de nuestros días, hasta la última campanada de la vida y hasta que la muerte nos sorprenda en un sueño eterno. Tú conmigo, yo contigo, mi sentir, te quiero aquí hoy, me quiero en ti siempre.